El plan es una locura: hacer en bici el descenso más largo del mundo, desde el techo de los Andes, a 6890 m de altura, hasta la costa del Pacífico de Chile; 300 km en total. Sin embargo, antes de llegar a la línea de salida, James Lowsley-Williams y Mark Beaumont tendrán que escalar el volcán activo más alto del mundo, el Ojos del Salado, con sus bicicletas atadas a la espalda.